Bondage Fruit – Bondage Fruit (1994)

Con el cambio de década, en los 70’s cayó un ovni en Francia. Rápidamente estos extraterrestres fueron expandiendo un virus, que a pesar de que la mayoría de las personas eran inmunes, tenía un efecto letal en quienes atacaba. Se llama Zeuhl, y el principal responsable de estos contagios fue Christian Vander y su agrupación Magma. El virus estuvo «controlado» durante 2 décadas, donde a pesar de algunas excepciones en Bélgica e Italia (y más en el estilo Rock in Opposition a la Henry Cow), este extraño microbio no salía de Francia; pero esto cambiaría en 1992 con la aparición de Ruins en Japón.

En el lejano este se encontró un terreno fértil para el crecimiento del Zeuhl. Con su abordaje que combinaba el progresivo vanguardista de aquel género, con intensidad de estilos como el Punk, Noise Rock, No Wave e incluso Free Jazz. Pronto comenzaron a aparecer otros grupos como Koenji Hyakkei, Kakusenjo No Ongaku, P.O.N., entre tantos otros. Debería dedicarle varias entradas a esta rica escena, que pasaría a llamarse Brutal Prog, pero hoy nos reúne un caso bastante particular: Bondage Fruit.

Considero este un buen punto de inicio para saltar hacia esta reversión de los conceptos del Zeuhl. ¿Es frenético? Si, pero se mantiene en niveles (al menos a mi criterio – y en contraste al resto del género -) bastante «llevaderos». Hay presencia de voces, en su mayoría femeninas, pero que no están pronunciando palabras, son un instrumento más. La guitarra puede variar de dulce a una hoja de afeitar, con una tendencia a la distorsión y locura.

No cae en terrenos oscuros, como si suelen hacer otros grupos de Zeuhl o influenciados por aquel estilo, pero si tiene una tendencia a jugar con ritmos así. La percusión es espectacular, acompañando a la perfección las secciones más curiosas del álbum, como por ejemplo 子供のトロッコ y 飛行する子 (track 3 y 6 respectivamente). También hay lugar a la explosión, como encontraran en el arranque con Holy Roller.

A pesar de encontrar momentos relajados a la mitad del LP, con fuerte presencia del violín, aguarda el momento más caótico con 金属の胎児, seguido por probablemente el track más moderno del álbum (y que probablemente debido a eso suena muy 90’s) T-Rex.

Un disco calmo y ansioso, tribal pero futurista… Bondage Fruit creó un disco único dentro de una escena única.

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