Contemporary Guitar (1968)

Esta es una particular compilación de 1968, enfocada en lo que hoy conocemos como Primitivismo Americano, un género que toma el Avant Garde y las composiciones Neo-Clásicas, mezclandolas con el tradicional estilo de fingerpicking del Country Blues. Además, existe la presencia de la estructura Raga, tomada de la música clásica Indostaní (al norte de la India).  Es importante entender que el primitivismo no hace referencia a imitar música de culturas pasadas, sino que en admirar sus elementos e incorporar sus puras y crudas características a algo mucho más complejo.


Este es un lanzamiento de Takoma Records, un sello fundado por John Fahey (quien prácticamente inventó este género y toca en el disco).

Max Ochs se encarga de abrir este disco con su Raga, una pieza tomando los elementos de música Hindú previamente mencionados. Es una pieza que parece milenaria, y es seguida por el increíble John Fahey, quien realiza el Fahey Sampler, una de las composiciones más hermosas que he escuchado de este virtuoso, un viaje a través de numerosas sensaciones y emociones… es fascinante. Ya solo por este track uno debería darle una oportunidad al disco.

Luego quien concluye el Lado A es la leyenda del Delta Blues, Bukka White. Él trae el Old Man Walking Blues, donde su forma de tocar lo dice todo, llevándote a recordar a gigantes como Charley Patton, Son House, Mississippi John Hurt y por supuesto, Robert Johnson. Eventualmente aparece una banda, la cual ayuda a Bukka a explotar esta canción al máximo, incluso se da lugar para tener las únicas palabras en este disco instrumental, las cuales son realmente impactante considerando que se trata de casi exclusivamente guitarras.

El Lado B comienza con otra Raga de Max Ochs, la cual me resultó un poco menos interesante que la inicial. Se sintió un poco reiterativo volver a ese estilo considerando la diversidad presente en el álbum. A esto le sigue Harry Taussig, quien toca dos canciones: Water Verses y Children’s Dance. En la primera sentí una dulce canción de Folk, pero nada extraordinario. La segunda es algo mucho más encantador, con mayor variación y una composición bastante emotiva.

Quien se encarga de concluir el disco es Robbie Basho con The Thousand Incarnations Of The Rose. Al comienzo me resultó un poco agobiante, pero diferentes texturas comienzan a presentarse, logrando algo admirable de esta performance. La complejidad es realmente remarcable, con una conclusión que es perfecta, parece un eterno pasaje a través de nuestras emociones más profundas. Es una experiencia muy íntima.

Como notaran, he sido algo reiterativo con la “emoción”, pero es que estos artistas íntegros han logrado tocar el fondo de nuestros corazones con su música. Ellos están en otro plano. Si sos guitarrista, creo que van a volar tu cabeza con este disco, hay pocos intérpretes así en el mundo.

Una excelsa introducción a las maravillas del Primitivismo Americano.

If you are a guitar player, you’ll probably get your mind blown with this album, amazing performers and a mesmerizing introduction to the many wonders of American Primitivism.