Salle Gaveau – Alloy (2007)

Hace poco estuvimos charlando del debut de Bondage Fruit, pero allí no hice énfasis en quien es su guitarrista. Natsuki Kido (鬼怒無月) es una de las figuras más interesantes de los últimos 30 años, no solo lideró aquel grupo, sino que también a los experimentales P.O.N. y Korekyojinn, como también el dúo Folk Era y numerosas colaboraciones con la escena jazzera de su país. De todos modos, probablemente el proyecto más ecléctico sea Salle Gaveau.

Es curioso pensar que el «Tango Nuevo», como también su creador Astor Piazzolla, no fueron aclamados en su tierra durante sus orígenes. La escena del Tango en Argentina fue muy crítica, la famosa «vieja guardia» se oponía a la incorporación de instrumentos atípicos al género, pero más aún a los cambios estructurales que proponía este virtuoso. Me interesa incorporar una cita de Piazzolla en el año 1954 para la revista Antena: «Sí, es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen en el farolito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero estos señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás. Yo voy a seguir adelante, a pesar de ellos«.

Astor Piazzolla

Aquellos tantos que criticaban a Piazzolla, imagino que quedarían catatónicos al escuchar que un grupo japonés está creando Tango vanguardista, pero todo empeoraría cuando el disco comienza a girar. En cuanto a su protagonista, Natsuki Kido, él ha hecho numerosas performances con composiciones del innovador bandoneonista, pero llevó su pasión por el género a otro nivel con Salle Gaveau. Se trata de un quinteto que propone mezclar las ideas de aquel Tango Nuevo con influencias del Avant Prog o Rock Progresivo Vanguardista. Lo acompañan Naoki Kita (violín), Yoshaki Sato (acordeón), Keisuke Torigoe (contrabajo) y Masaki Hayashi (piano).

Salle Gaveau

Ahora bien, mi primer encuentro con este disco fue de una manera muy inocente. Tras escuchar el ya mencionado debut de Bondage Fruit, al que pueden leer mi reseña aquí, comencé a indagar en otros lanzamientos del sello discográfico nipón Maboroshi No Sekai. Al ver que Alloy (2007) era considerado uno de los mejores, comencé a escucharlo sin siquiera leer que estilo de música era. Debido al nombre, sospechaba que era un grupo francés, y más aún al escuchar que tocaban Tango, pero se trataba de un grupo Japonés con el querido Natsuki.

La cantidad de texturas y direcciones que toman son fascinantes. Desde secciones donde la guitarra parece poseída por el flamenco, hasta otras partes en las que el imaginario del San Telmo porteño se aparece frente a mis ojos. El Rock in Opposition se fusiona con el Tango, en estructuras de tiempo que desafían la realidad, pero un sentimiento al que es imposible escapar. Todo eso en tan solo la primera canción.

Hay fantásticas piezas relajadas, como la divina Nullset, pero también otras alocadas como la apropiadamente titulada Seven Steps to «Post Tango» (Siete pasos al Post Tango). La utilización del violín es exquisita, logrando tanto inquietar como maravillar, dependiendo de lo que se proponga Naoki Kita. Pero uno de los detalles más interesantes es la falta de percusión, algo que realmente no se nota. ¿Por qué? Debido a que estos interpretes logran ataques con un impacto que cubren a la perfección su ausencia.

Definitivamente uno de los discos más interesantes de Tango que he escuchado. La música no tiene fronteras, y los límites están para quebrarse.

Boris – No (2020)

Lanzado el tres de julio de 2020, el nuevo álbum de Boris fue una enorme sorpresa para mi.

Para quienes no estén familiarizados, esta es una banda japonesa que adoro.
Caracterizados por no tenerle miedo al cambio, constantemente han probando diferentes estilos a lo largo de su muy amplia discografía, son muy recordados por sus incursiones en el Drone Metal, el Noise Rock, Sludge, Stoner y Post Rock.

Ellos comenzaron su recorrido en 1996, y uno podría decir que prácticamente todos sus numerosos lanzamientos entre ese año y el 2011 son más que buenos.
Destaco Amplifier Worship (1998), Flood (2000), los dos Heavy Rocks (2002 y 2011), Pink (2005), Akuma No Uta (2003) y el legendario Boris at Last -Feedbacker- (2003).

Este disco comienza con Genesis, un track que me hizo creer que este sería un disco excelente de Stoner Metal, al estilo de Electric Wizard, yo ya estaba entusiasmado, pero… llega un Crust Punk que te parte la cabeza.
Crust Punk es el híbrido del Hardcore Punk y el Speed Metal, y ellos te lo van a dejar muy en claro.

Anti-Gone es la segunda canción y la que abre el juego a este mundo violento, luego Non Blood Lore se mete en unos caminos que no me gustan, principalmente en el estribillo, aunque vuelven a afianzar su búsqueda con Temple of Hatred.

Hay algunas canciones experimentales un tanto extrañas (¿Que otra cosa podríamos esperar de ellos?), cuya dirección no me termina de convencer; pero hay algunas potentes maravillosas como Kikinoue, Fundamental Error y Loveless (¿Dedicada a la obra maestra de My Bloody Valentine?).

Algo brillante para destacar la locura de estos japoneses es que concluyen el disco con una canción extremadamente relajada, a la cual titularon Interlude (interludio). De todos modos, este ambiente relajado tiene sus toques de perversión en los extraños susurros.

Altamente recomendable para fanáticos de la banda, como también para quienes disfruten de artistas como Discharge, Black Flag, Sacrilege o His Hero Is Gone.
Música ideal para una pandemia.

Mi valoración de este disco es de 8/10

Eik Skaløe – La trágica historia del hombre que cambió a la juventud escandinava

Los países del norte europeo han tenido escenas muy interesantes e ignoradas, hoy en día son principalmente asociados a su metal extremo (Black y Death Metal), pero vale destacar que han tenido maravillosos grupos en el Jazz, minimalismo y el Rock. Steppeulvene fue una de las bandas pioneras en la escena de Dinamarca, siendo considerados como el grupo más importante de su rock en los 60’s.

Steppeulvene

Formados en 1966 por Eik Skaløe (vocalista) y Stig Møller (guitarrista), ellos luego incorporaron a Søren Seirup (bajista) y Preben Devantier (baterista) a la banda. Søren había fundado a los Beefeaters, pero los dejó al ser ofrecido un lugar en este proyecto. La banda solo lanzó un disco, titulado Hip, lanzado el primero de junio de 1967.

El único disco de Steppeulvene – Hip (1967)

Es difícil definir a Eik Skaløe, un hombre fascinado por el movimiento Beatnik, razón por la cual decidió desempeñarse como poeta, además de ejercer como editor para la revista de izquierda Alternativ y tener un fuerte rol en protestas antibélicas danesas. Pero los roles que lo convertirían en la imagen de una generación no son esos, sino que el de cantante y principalmente, ser una figura que se expresaba abiertamente contra las autoridades, que experimentaba con las drogas (siendo una de las primeras personas en ser juzgadas por posesión en el país) y por su búsqueda, la cual lo alejaba de la tranquilidad del primer mundo y lo llevaba hacia los rincones desconocidos del planeta.

Eik Skaløe

Su forma de cantar está sumamente influenciada por Bob Dylan. Me imagino que no debe sonar muy atractiva la idea de tener rock psicodélico con un Dylan cantando en danés, pero termina siendo algo asombroso (y a lo que le tomé mucho más el gusto a partir de las numerosas escuchas). En cuanto a la banda, no es muy innovadora en relación s lo que estaba sonando en Estados Unidos e Inglaterra, pero no caben dudas de que habrá sido algo sorprendente en su país nativo.

La sonoridad encara la mezcla del Garage Rock con la psicodelia, pero también incorpora Folk Rock al combo. No encaja dentro de mi top 3 de discos preferidos en el rock escandinavo, pero es sin dudas uno de los más importantes (considerado por numerosos daneses como el más relevante en la historia de su país).

Steppeulvene

La última performance de Steppeulvene con su formación original fue en el Kongens Have (el parque más importante de Copenhague/København) el 23 de julio de 1967. Su vocalista pretendía colaborar con la banda a la distancia, escribiendo letras y dejando que otras personas tomen el micrófono, pero tras algunos shows, la banda decidió separarse entre finales de 1967 y comienzos de 1968.

Poco tiempo después de este concierto, Skaløe dejó Dinamarca junto a sus dos mejores amigos, Christian Arnø y Otto Klittum, en un viaje de sensibilización a Afganistán, Nepal e India. Es interesante destacar que estos chicos formaban parte de la generación posguerra, fueron los primeros en mostrar rebeldía en su sociedad y en fascinarse con lo desconocido. Estas búsquedas los llevaron por diversos caminos, pero lamentablemente varios de los jóvenes cayeron en las drogas. La marijuana y el LSD se convirtieron en alguno muy común de la escena artística, pero las cosas se tornaron sombrías cuando cayeron en el hachís y la morfina.

Una foto de los tres jóvenes en Kabul, la capital de Afganistán. El mayor tenía 25 años, y el chico del medio, Christian Arnø, está en silla de ruedas. Torben Huss, quien tomó esta fotografía, escribió debajo de la misma: «Todo ese tiempo fue un gran experimento»

Su pareja de ese entonces, Iben Nagel Rasmussen, hija del poeta más famoso de Dinamarca (Halfdan Rasmussen), recuerda esto en un libro titulado Cartas a un Amigo (1993), una recopilación de cartas que compartieron mientras Eik viajaba por el mundo. Aquí ella recuerda: “Cuando entramos en contacto con las drogas, pensamos que se avecinaba una revolución mental. Para algunos, las drogas eran un juego, para otros un escape, para otros nuevamente una forma de encontrarse con ‘Dios‘. Pero imperceptiblemente, el medio se transformó en meta. Las sustancias que iban a servir como abrepuertas se convirtieron en cierrapuertas. Algunos estaban en el lado equivocado cuando las puertas se cerraron de golpe «.

Para darle aún mayor relevancia a esa cita, el joven Christian Arnø era un chico brillante capaz de tocar numerosos instrumentos a la perfección. Venía de una familia complicada y tuvo experiencias con el sistema psiquiátrico debido a violentos ataques de ansiedad. Lamentablemente, sufrió un «mal viaje» consumiendo LSD, el cual provocó que a sus 19 años estuviera hospitalizado. Las adicciones lo llevaron a esconder algunas dosis que consumió mientras estaba internado, llevando a otro ataque donde creía que los pacientes iban a matarlo. Entonces, abrió la ventana del segundo piso y saltó, este accidente lo dejó paralizado en la parte baja de su cuerpo.

En una carta a sus padres, Eik Skaløe describe que se ha entregado a «una generación de personas que tienen dificultades para expresar sus sentimientos a través de algo que no sea el pelo largo y la indiferencia hacia la sociedad . En cada generación debe haber algunos que rompan con todo lo podrido y el mal, y para ellos es importante buscar el mal y experimentarlo».

Foto tomada por Keld Navntoft – Parecerían ser Eik y Otto

Durante octubre de 1968, los amigos no tenían dinero y se encontraban caminando desde Pakistán hasta India, para luego volver a Nepal. Sin comida y sin bebida, Eik escribió a sus padres: «Lo mejor de todo es que me siento bastante bien y estoy feliz de estar donde estoy».

Unos días más tarde, el 15 de octubre de 1968, Eik Skaløe se quitó la vida en Ferozepore, un pueblo de la India muy cercano a la frontera con Pakistán. Jerome Kjærulff es la única persona que contó lo que sucedió en esos días, narrando que el fallecido y su amigo Otto Klittum estuvieron discutiendo en el desierto de la India. El motivo era que este había decidido que era momento de morir, Otto quería acompañarlo hasta la muerte, pero no se lo permitió, quería irse solo.

Otto tuvo que dejarlo, y el 15 de octubre en su carta de despedida, Eik plasmó para la eternidad: «Como supongo que saben, este suicidio lo decidí y llevé a cabo yo mismo. Nadie tiene la culpa, excepto la persona cruel dentro de mí. Perdónenme».

Se desconoce del trayecto que tomaron sus amigos, pero eventualmente regresaron a Dinamarca. Christian Arnø, a pesar de sus limitaciones, era considerado una persona mentalmente muy fuerte; no dependía de ayudas para viajar o vivir su vida, pero si dependía de las drogas. Expresó que ellas eran parte de su vida, partiendo a Nepal para perder la vida allí, haciéndole saber a su familia que se convertiría humo. Se entiende que tuvo una sobredosis intencional y fue quemado en dichas tierras. Por otro lado, Otto Klittum pudo limpiarse y trabajar varios años en un aeropuerto, pero el reencuentro con un amigo llevó a que volviera a probar las drogas. Pensando que podría darse una dosis como en su juventud, Otto falleció de una sobredosis a mediados de los 70’s.

Es una historia trágica, que hiela la sangre de cualquiera que la escuche con empatía. Tanto talento desperdiciado, pero aún peor, tantas lágrimas han caído y tantas vidas se han perdido en vano.

Eik Skaløe

Si queres descubrir el único lanzamiento de Eik, dejo el link para escuchar Hip en Spotify: