GÄA – Auf der Bahn zum Uranus (1974)

Una de las tantas joyas del Krautrock, el debut de GÄA; uno de los vinilos más difíciles de encontrar… casi imposible.

Lanzado por el pequeño sello independiente Alemán, Kerston Records, el cual no tiene un catálogo muy destacable ni experimental (a excepción del curioso Sexphonie por la banda Tyll en 1975 – su único disco -), principalmente manejándose en el terreno de los singles de Beat, Garage y Schlager. Auf der Bahn zum Uranus, o «De camino a Urano», se distancia completamente de esas dimensiones, y es sorprendente que haya despertado interés dentro de un sello que iba en otras direcciones artísticas.

Es un LP espacial, con bastantes secciones habladas en alemán y una rica exploración conceptual en el desarrollo de las canciones. Las influencias del jazz y el blues son evidentes, pero principalmente giran en torno a dos extremos: la psicodelia y el folk autóctono. Su inicio es peculiar y sirve de introducción, Uranus, una oda de 10 minutos con muchas texturas y juegos de repetición. En su segunda canción, Bossa Rustical, nos lleva a una influencia de los boleros, pero que rápidamente despega hacia las estrellas, acompañado por una frenética percusión, un bajo que marca el ritmo y una guitarra espacial. De ‘bossa’ no tiene mucho, pero tal vez eso es lo que entendían como Bossa Nova al oeste de Alemania.

Oriundos del Saarland, se distancian de la escena más cultural que se encontraba en Múnich o Berlín, no tenían aquella «elegancia» o posibilidades. Ellos no se codeaban con Can, Faust, Cluster o los Amon Düül, e imagino que tampoco tenían acceso a las novedades de la vanguardia internacional o los equipos más actualizados, pero eso también los hace únicos. Es un proyecto más ‘sencillo’, con ciertos encantos rurales, como se nota en Tanz mit dem Mond «Baila con la luna», una excelente conclusión para el gran Lado A.

La única foto en internet del grupo

La otra mitad del disco comienza más pobre, con Mutter Erde, «Madre Tierra», pero vuelven a estar en sintonía con Welt im Dunkel, «Mundo en oscuridad», pero lo más destacable es el épico cierre GÄA.

Siento una vibra similar a lo que me transmiten varias bandas de la escena progresiva italiana, pero no respecto a que suenen parecidos, sino a la cantidad de ideas que metieron en un disco. Pronto, cuando escriba sobre esos grupos, verán una tendencia similar: lo dejaron todo en ese LP y sabían que sería su único registro. Mientras que la mayoría hace un debut muy comercial, con tal vez una o dos canciones experimentales en el lado B, estos chicos jamás consideraron hacer algún guiño hacia lo pop. Amor por el arte en su máxima expresión.

Esta es una pieza perdida en la historia del Krautrock, no muy escuchada siquiera por algunos de los fanático de aquella escena, pero con un encanto atrapante. Su primera edición esta valuada en aproximadamente 2000 euros, pero dado que no hay ninguno a la venta, podría salir incluso más. 19 años después tuvo su primer lanzamiento en CD por Ohrwaschl Records.

La parte de atrás de la re-edición por Garden of Delights

MEDIO SIGLO ATRÁS: TRES PERLAS ESCONDIDAS EN EUROPA

Exploramos tres rincones de Europa, donde empujaron los límites de la música

En esta edición nos sumergimos en álbumes muy diferentes, los cuales nos hacen entender que no solo existía la escena inglesa y estadounidense. Dos de ellos están muy inspirados en el rock progresivo, pero trabajado a través de otros filtros; mientras que la siguiente obra es diferente a todo lo de ese entonces. 

Can – Tago Mago

Can es gran referente del krautrock, un movimiento alemán que revolucionó al mundo, distanciándose de las influencias anglas para encarar nuevos modos creativos. A pesar de la gran calidad de sus intérpretes, la mayoría fueron ignorados durante su época, recibiendo reconocimiento décadas más tarde.

En el caso de este grupo oriundo de Colonia, en ese entonces se encontraban en su auge, liderados por el vocalista japonés Damo Suzuki, quien fue catalizador para que liberen su creatividad y crearan canciones que parecen por lo menos 20 años adelantadas a su tiempo. Los ritmos atípicos de la percusión, una zapada absoluta y una producción que crea un universo dentro del LP: este es indudablemente un disco incomparable. Uno de los diez álbumes preferidos de John Lydon, mejor conocido como Johnny Rotten (líder de los Sex Pistols).

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Le Orme – Collage

En Italia durante los años ‘70 el rock progresivo invadió todo ámbito artístico, pero sus orígenes son bastante particulares. En palabras de uno de sus protagonistas, Aldo Tagliapietra, bajista y cantante de Le Orme: “El rock progresivo era tocado por los músicos que salían de los conservatorios de música clásica, pero con pelo largo e instrumentos electrónicos. Ellos buscaban espacios de creatividad y expresión, se habían cansado del boom que fue a finales de los ‘60 la música country y el blues, que fue lo que dio origen al rock. […] Querían ir en otra dirección, entonces comenzaron a tomar influencias del jazz”. 

Musicalmente, esta corriente es bastante difícil de definir porque hay abordajes muy diversos, pero generalmente vamos a encontrar una relación muy fuerte del clásico. Hay casos donde directamente es clásico con algunos elementos de rock, y Le Orme ha tenido momentos de ese tipo. En Collage (1971) la banda se distancia de sus orígenes beat, entrando en la esfera del rock progresivo y pasan a marcar una base para (en ese entonces) la emergente escena.

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Junipher Greene – Friendship

Intenta entender, sabemos que vos podes”. Así decía el primer estribillo de los noruegos Junipher Greene en su disco debut, un doble LP donde se fusionan una gran variedad de géneros. Lo más notorio es el rock progresivo, el cual podemos asociar en primera instancia con Jethro Tull, dada la presencia de flauta y el estilo de guitarra. Pero a lo largo de los minutos se incorporan jazz rock, psicodelia, hard rock e incluso folk rock.

Su primer LP es más bien un conjunto de canciones, mientras que el segundo está configurado como una obra conceptual, por lo menos desde lo musical. Por un lado, con tres tracks que nos aclimatan a lo que luego es ‘Friendship’, una majestuosa suite de 20 minutos. Esta es una perla del rock progresivo, pasada por alto por la mayoría de sus más acérrimos seguidores. 

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La improvisación desde el alma – Damo Suzuki

The Swiftsure Session - Damo Suzuki Network (2017)
The Swiftsure Session – Damo Suzuki Network – Firmado por Damo la noche del concierto

¿Como continuar después de la primer entrada? No fue una decisión simple, pero luego de escuchar este álbum lo decidí. Con Damo Suzuki.

¿Quien es este nipón? En pocas palabras, el maestro de la improvisación.


Nacido el 16 de enero de 1950 en Japón, desde muy joven se vio ligado a la música. Su hermana mayor, quien trabajaba en un banco, comenzó a partir del cumpleaños número 8 de Damo, a regalarle un instrumento distinto cada año. Empezando por una flauta, y siguiendo con un clarinete, saxofón, guitarra e incluso un órgano; ella quería que el tocara música.

Siendo un adolescente de tan solo 17 años, decidió irse a visitar Europa. Su primer destino fue Suecia, viviendo en una comuna en los campos escandinavos junto a 50 personas. Luego, estuvo seis meses viajando por Finlandia, Alemania, Francia y Suecia, pintando y haciendo música en las calles. Después de estos 6 meses deambulando, paso 6 más viviendo en Wexford, Irlanda y Londres.

Luego de todos estos viajes por Europa, se encontraba en Munich hace ya 3 meses, trabajando como guitarrista para un musical, pero a pesar de estar ganando bastante bien, se encontraba harto de la monotonía de ese show. En este punto, estaba considerando volverse a Japón y estudiar; pero entonces se le presento una oportunidad.

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Se encontraba tocando por las calles de la capital Bávara , y fue entonces cuando fue escuchado por Holger Czukay y Jaki Liebezeit, miembros de la banda Can (bajista y baterista respectivamente). Ambos quedaron perplejos ante el estilo de Suzuki, quien cantaba (y lo sigue haciendo) de una forma única, pasando del Alemán, al Ingles, también Japones e incluso palabras inexistentes, simplemente sonidos.

Luego de una conversación, esa misma noche Suzuki tocaría junto a Can, y sería el inicio de la formación más famosa de la banda. Juntos grabarían tres álbumes fascinantes, Tago Mago (1971), Ege Bamyasi (1972) y Future Days (1973). Ninguno similar al anterior, y todos extremadamente recomendables. Al lector que no haya buceado en el mundo de Can, le recomiendo comenzar con el primer álbum con Suzuki, Tago Mago.

Can - Tago Mago

Pero esta fascinante etapa de Can, una serie de álbumes que cambiaron para siempre al «Krautrock» (término que se suele usar en para referirse a estas corrientes experimentales de la música alemana, pero que no es muy bien visto por los artistas del movimiento) e influencio a incontables músicos, debía llegar a su fin.

 

 

Al igual que sucedió con el vocalista original de la banda,  Malcolm Mooney, Damo Suzuki dejaba Can para siempre.

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Malcolm Mooney junto a Damo Suzuki (2006)


Y así, luego de que Can finalizara, Suzuki comenzó una nueva vida, siendo un testigo de Jehovah. A partir de 1974 se alejaría del mundo de la música por casi una década, regresando recién en 1983. Pero la vida del Japones no fue tan pacífica como suena, ya que sufrió de Cáncer a comienzos del 80,  pero fue operado con éxito.

Después de una larga recuperación, Damo sintió la necesidad de volver a hacer música:

No pude caminar o hacer cualquier cosa durante aproximadamente medio año. Pero un día tuve el sentimiento de volver a hacer música, aunque no en una industria. Quería expresar el sentimiento de que había sobrevivido, de que tengo una nueva vida dentro de mí música, por eso hago música al instante, ya que es mucho más cercano a la vida misma cuando improvisas. Si tenes una composición, entonces no es vida, es negocio. Yo solo quiero hacer música, no negocios.

Poco tiempo después, crearía la Damo Suzuki Network, un grupo música sin ningún otro miembro estable (y rara vez repitiendo miembros), donde un agente de Damo le consigue miembros locales del lugar a donde va a presentarse, y toca junto a ellos sin un ensayo previó ni nada por el estilo; incluso muchas veces conociendo a sus compañeros recién arriba del escenario. Fiel a sus palabras, cada concierto es una experiencia completamente distinta y única, no solo jamas se repetirá la misma banda, sino que el siempre hará lo que siente en el momento.


Ahora conociendo estos aspectos de la improvisación absoluta que realiza en la música, podemos retomar el tema del lenguaje. Como dijimos antes, cuando mencionamos su primer encuentro con dos de los miembros de Can, Suzuki suele muy seguido «cantar» en ningún idioma, simplemente hacer sonidos. El refiere a esto como el lenguaje de la edad de piedra. En referencia a esto el explica:

En mi concierto podes tener una serie de historias dentro de tu cabeza, y la persona a tu lado tiene otras historias completamente distintas, y soy capaz de comunicarme con cada persona en la audiencia. Es una forma de trance donde todo es posible, ya que no estoy diciéndole nada a la gente, ellos mismos son creativos, y eso es importante.

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¿Como fue la experiencia de presenciar a Damo Suzuki?

Este pasado 13 de diciembre del 2017, tuve el placer de ver en vivo a este enorme artista.  La banda que lo acompaño fue excelente:

  • Liderados por el magnifico Fernando Kabusacki (guitarra)
  • Mariano Domínguez (bajo)
  • Fernando Samalea (haciendo probablemente la mejor performance que vi de algún percusionista argentino)
  • Sergio «el koala»Verdinelli como segundo baterista,
  • Alan Courtis en sintetizadores (utilizando una remera de Acid Mothers Temple y replicando la magia de Higashi Hiroshi)
  • Y Matías Mango (teclado)

Estos «Sound Carriers» (llevadores de sonido, termino que acuña Damo para referirse a los músicos de la Network) fueron increíbles, y realmente estuvieron a la altura de un show sumamente cautivante. Todo empezó con la banda tocando por bastantantes minutos, hasta que de repente apareció Damo, caminando relajado hacia el micrófono, cerrando los ojos (como en prácticamente todo momento mienta «canta») y dando inicio a esta fascinante travesía. Este estilo de música fue algo único y sumamente experimental, algo incomparable.

Una vez finalizado el concierto, que por cierto habrán sido 3 canciones, cada una de unos 40 minutos aproximadamente, Damo bajo las escaleras de uno de los costados del escenario, y comenzó a saludar a la gente que había ido a ver el show. Pero lo destacable no es lo atípico, sino la naturalidad y con el cariño que lo hizo. Uno lo veía darle la mano y agradecer a todos los que podía. Aprovechando esta oportunidad, corrí hacía la escalera por donde había bajado, ya que me encontraba en el otro extremo del escenario, y aguarde que volviera para subir. Entonces, abrí mis brazos, ofreciéndole un abrazo, el cual el acepto y me abrazó por unos segundos.


Y ahora después de todo esto, queda cerrar la nota, y creo que esta cita es la mejor manera de hacerlo. Un entrevistador le pregunta: ¿cuáles son tus planes para el futuro?  A lo que el responde: «Ser Damo Suzuki»

Damo Suzuki - Ball