MEDIO SIGLO ATRÁS: EL FIN DE ALMENDRA ¿BENDICIÓN INESPERADA?

La aparición de tres bandas que dieron inicio a una nueva época en el país

La primera edición 2022 de Medio Siglo Atrás nos lleva a 1972, con el comienzo de lo que muchos llaman «la era más prolífica del rock nacional». Hoy vamos a explorar tres bandas que aparecieron ese año e impactaron la escena a su manera, cada una de ellas formada por ex miembros de Almendra.

Color Humano – Color Humano

El final de dicha banda representó un enorme quiebre, bastante mayor a la disolución de Los Gatos y Manal, pero nadie habría imaginado las maravillas que surgirían a partir de eso… solo su guitarrista, Edelmiro Molinari: “pienso que nosotros no nos vamos a separar, pienso que nos dividimos, nos multiplicamos, yo creo que va a haber más música”. El pronóstico no podía estar más acertado, de una banda que solo tenía dos discos, aparecieron tres que lanzaron 10.

Por su parte, él creó Color Humano, junto a David Lebón y Rinaldo Rafanelli, uno de los principales grupos psicodélicos de la región. Curiosamente, Lebón, futuro guitarrista de Serú Girán, toca la batería en la mitad del álbum, ya que durante las grabaciones recibe la oferta de tocar el bajo con Pescado Rabioso, por lo que abandona la banda. De aquellas últimas sesiones se encarga Rodolfo García, ex baterista de Almendra.

Este primer lanzamiento tiene grandes dejos de blues y folclore, como también uno de los «himnos» de la época: ‘Larga vida al sol’, la cual musicaliza a la perfección la película Hasta que se ponga el Sol (1973). 

Pescado Rabioso – Desatormentándonos

Por su parte, Luis Alberto Spinetta reclutó a Black Amaya, Osvaldo “Bocón” Frascino y Carlos Cutaia, con quienes dio vida a Pescado Rabioso. Contado por sus propios intérpretes, Spinetta buscó explorar una dirección más pesada, influenciado por bandas como Led Zeppelin, Deep Purple y Pappo’s Blues

Curiosamente, la primera canción es 100% antagónica a la de su anterior banda, ya que el ‘Blues de Cris’ gira en torno a su separación de Cristina Bustamante, quien había inspirado ‘Muchacha Ojos de Papel’. Saltó de una delicada y relajada composición, donde le pedía “quédate hasta el alba”, a estar “cansado de gritar con Cris” y pensar que “sus ojos al final olvidaré. Se ve que el papel no es eterno. 

De este frenético blues pasa a la «zapada» de ‘El jardinero (Temprano amaneció)’, con una sonoridad similar a la mayoría del LP, un blues psicodélico con mucho lugar a la improvisación. Los dos tracks que más se distinguen son ‘Serpiente (Viaja por la sal)’, con el órgano como base y un vuelo similar a lo que vendría en los discos siguientes; como también la delicada, relajada y apasionante ‘Dulce 3 nocturno’, una composición en conjunto a Frascino, quien canta unas líneas misteriosas. Él dejaría la banda y sería reemplazado por David Lebón, llevando a que dos de los tres miembros de Pappo’s Blues Vol 1 (1971) integren el proyecto (el otro es el baterista, Black Amaya).

Aquelarre – Aquelarre 

Por último, la sección rítmica de Almendra, Emilio Del Guercio y Rodolfo García, forman un grupo acompañados por Héctor Starc y Hugo González Neira. Combinando rasgos característicos de las otras bandas, Aquelarre coquetea con el progresivo, con tintes de hard rock en la guitarra, pero también dulzura y delicadeza en la voz de Del Guercio.

Probablemente el disco más variado de los tres que estamos explorando, comienzan con la potente ‘Canto desde el fondo de las ruinas’, uno de los más grandes clásicos del grupo. Aquél ritmo frenético también se vive en la apasionante ‘Aventura en el árbol’, pero también se permiten bellos momentos acústicos en otras canciones. Hablando con Héctor Starc, nos comenta que: “El primero [álbum] me parece el más interesante de todos porque es el que más demuestra lo que era el grupo. Así es como sonaba Aquelarre”. Casi sin sumarle pistas a las grabaciones y con los mismos instrumentos que utilizaban en sus presentaciones, tener esto en mente nos hace preguntarnos lo increíble que sonarían sobre los escenarios.

Para concluir es interesante destacar que cierran el LP con una excelente improvisación titulada ‘Movimiento’, algo muy diferente a lo que usualmente encontrás en un disco de rock nacional. Este tipo de versatilidad los coloca más cercanos a un grupo de jazz fusión que a un proyecto de rock convencional. 

Es increíble pensar que con la separación de uno de los más grandes emblemas del país, podrían aparecer tres nuevos universos sonoros. Las Almendras se multiplicaron. 

MEDIO SIGLO ATRÁS: LA REVOLUCIÓN BRASILEÑA

Los tres discos que cambiaron la música popular en tiempos de facto

El año 1972 fue un periodo muy importante a nivel cultural en Brasil, porque a pesar de que la dictadura militar se había establecido en 1964 (y duraría hasta 1985), estaba comenzando su época más oscura. Muchos artistas se exiliaron en Europa, un efecto similar al que tuvimos en Argentina. Hoy vamos a descubrir cómo se vivió esto en los discos.

Milton Nascimento & Lô Borges – Clube da Esquina

Un vinilo que capturó las diferentes corrientes que se respiraban en el país vecino, desde la psicodelia y su tropicalia (movimiento contrahegemónico a finales de los ‘60), hasta el pop barroco y el folclore. De todos modos, el género principal de Clube da Esquina (1972), y de los otros álbumes que vamos a explorar en el día de hoy, es la MPB. Estas siglas hacen referencia al término música popular brasileira, una modernización de la samba y bossa nova, muy importante en una época donde el rock era reprimido por el estado, convirtiendose en el género más popular.

En cuanto a sus intérpretes, Milton Nascimento había debutado como solista en 1967 y ya tenía cuatro discos muy populares en su catálogo; por otro lado, Lô Borges tenía tan solo 18 años al entrar a grabar en el estudio. Este era su segundo disco, habiendo debutado en el LP anterior de Nascimento . ¿Imaginas la presión de liderar una canción en el piano con una orquesta entera a tus espaldas? Este chico, a través de genialidad y un poco de inconsciencia, no la sintió. 

Milton y Lo, con canciones juntos y otras separados, crean un LP dinámico. Aquí exploran la profundidad de las melodías pop, con mucha belleza y una textura que parece semejante a la del dream pop que aparecería décadas más tarde. Ya en la primera pista vas a darte cuenta de por dónde van estos chicos.

Caetano Veloso – Transa

Caetano Veloso es uno de los nombres más importantes en la música brasileña, autor de incontables clásicos y un intérprete que ha prevalecido con el paso de las décadas. Desde guiar un movimiento emergente a finales de los ‘60 con Os Mutantes, Jorge Ben y Gilberto Gil, hasta abrir nuevas puertas desde su exilio en Londres, acompañado por otros de los artistas que habían sido expulsados del país.

En su primer trabajo desde el viejo continente, sus primeras palabras fueron “One day I had to leave my country, calm beach and palm tree, that day I couldn’t even cry […] but today, I don’t know why, I feel a little more blue than then” (Un día tuve que irme de mi país, calma playa y palmera, aquel día no pude ni siquiera llorar […] pero hoy, no sé por qué, pero me siento un poco más triste que entonces). Sus discos pasaron de fervientes y poéticas protestas al gobierno, a cargar con una fuerte emoción que se describe en portugues como saudade, un estado de nostalgia y profunda melancolía. 

De todos modos, a pesar de estar cargado por tristeza y tanta poesía, sorprendentemente el ritmo prevalece por encima de todo. El groove en estos discos, y más aún en el a veces minimalista Transa (1972), es algo atrapante. En la dirección musical tuvo una gran ayuda del también exiliado Jards Macalé, un virtuoso guitarrista. Con varias canciones cantadas en inglés, fue capaz de llevar la brillante poesía de Caetano a una audiencia mucho mayor. Una obra imprescindible para cualquier amante de la música latinoamericana.

Novos Baianos – Acabou Chorare

Por último, un álbum que tiene el potencial de lograr que te enamores del samba. Los Novos Baianos, cuya música tiene diferentes abordajes entre canciones, pero que generalmente se basa en el samba tradicional, aunque con la distintiva guitarra de Pepeu Gomes. Él muy seguido toma caminos psicodélicos que enriquecen la obra, pero incluso cuando se mantiene dentro de la estructura, brilla con su calidez. Esa última palabra, «calidez», es la mejor manera para describir la escucha. Voces joviales y percusión dinámica, con un poco de diversión en medio de tanta tristeza que se respiraba en el aire. Algunos musicólogos entienden que esta decisión era precisamente una respuesta a sus contemporáneos, sabiendo que la gente ya estaba al tanto de la situación que vivían, brindarles un poco de alegría en tiempos grises.

Las tonalidades claras y su radiante energía logra que los «Baianos» sean algo único, y estos son solo algunos de los tantos motivos por los que esta es una de las piezas más importantes de la música de Brasil. Por su parte, la revista Rolling Stone seleccionó a Acabou Chorare (1972) en el primer puesto de su listado con los mejores álbumes del país.