Arlo Parks – Collapsed in Sunbeams

Un debut cargado de maravillosa variedad

La escena londinense ha estado vibrante en los últimos años, con numerosos debuts ricos de diversos géneros. Una de las figuras más interesantes me resultó Arlo Parks.

Tras una breve introducción, Collapsed in Sunbeams (2021) nos presenta la canción Hurt. Allí cae una referencia a la serie de David Lynch Twin Peaks, la cual me hizo rapidamente empatizar con la vocalista, pero eso llegó a otro nivel con la preciosa Hope.

Bello Neo Soul, R&B, Bedroom Pop y mucho más… incluso beats de hip hop en la curiosa conclusión Portra 400.

Arlo Parks promete, y estoy intrigado por ver como se desarrolla su carrera… el contenido poético es bastante directo, lo cual lo hace entretenido y sentido, al igual que el trabajo vocal. Me enternecen las referencias a la cultura pop, desde la ya mencionada Twin Peaks hasta a Robert Smith y Sylvia Plath.

Una buena producción que hace a la experiencia dinámica y disfrutable, con lugar para la sensibilidad pop y la introspección del singer-songwriter. Una de las mejores sorpresas del siglo XXI.

DESDE GHANA CON AMOR: EL DEBUT DE GENESIS OWUSU

Smiling With No Teeth, uno de los grandes lanzamientos del 2021 

Nacido en África pero radicado en Australia, Genesis Owusu es un artista que lanzó uno de los discos más interesantes en tiempos recientes, con un sonido muy variado que puede descolocar a los oyentes en primera instancia. Esto último se debe a que hoy en día, las fronteras de los géneros son simplemente categorizaciones que hacemos nosotros.

Smiling with no Teeth (2021) presenta una característica que se ha tornado cada vez más común en las últimas décadas, voces que pueden rapear y cantar. Ejemplos sobran, desde la maravillosa Lauryn Hill hasta Frank Ocean, pero también André 3000, Cee Lo Green y tantos más. De todos modos, hay muchos que lo intentan y fallan, es común encontrar figuras del hip hop cantando baladas exclusivamente a base de autotune, lo cual no siempre sale de la mejor manera. Acá tenemos un músico que es capaz de ambas cosas a la perfección, e incluso se atreve por momento a saltar hacia terrenos más rockeros.

“Hacer que la música suene sexy y bailable, pero cuando te sumergis, era solo una fachada, una sonrisa falsa”

En sus primeros momentos, el LP se muestra como un trabajo de hip hop contemporáneo, ‘The Other Black Dog’ y ‘Centrefold’ son agradables pero no muy sorprendentes. De todos modos, ‘Waitin’ On Ya’ cambia por completo el análisis, inmediatamente es notorio que se trata de cosa seria. Allí comienza a encarar un híbrido de soul contemporáneo, funk y R&B, con fuertes texturas de pop, rock, electrónica y algunos saltos hacia el ya mencionado hip hop. Estas descripciones brindan paralelismos a Childish Gambino y su aclamado «Awaken, My Love!» (2016).

Existen secciones irregulares, por ejemplo, ‘Drown’, donde parecería que hubo un error y se cambió a un single de pop punk blando cargado de new wave. Pero inmediatamente después de trastabillar, se pone de pie y sale bailando con ‘Gold Chains’, a lo que sigue con el track que da título al álbum, relajada y cargada de una vibra divina.

La mezcla de estos géneros tan diversos se logra de forma orgánica, muy rara vez impacta de mala manera. Cada cual tendrá su preferencia entre la variada selección de estilos, pero incluso uno que no sea tu favorito puede terminar transmitiendo algo con Genesis Owusu. Es pertinente destacar que no sólo la música es buena, sino que las letras son sorprendentemente profundas y con temáticas que se trabajan como obra conceptual. 

A lo largo del debut él se autodenomina como “big black dog” (gran perro negro), pero tiene una profunda historia detrás: “Estaba escribiendo estas canciones sobre depresión, y el perro negro es un eufemismo usado comunmente para la depresión, pero entonces me percate de que me habían llamado perro negro como un insulto racista. Ahí me di cuenta de que era un término interesante para abarcar las dos problemáticas de las que estaba hablando”, dijo Owusu en una entrevista para At Wood Magazine.

También el nombre del LP, sonriendo sin dientes, tiene su lado poético: “Básicamente es pretender que las cosas están bien cuando no lo están. Trata tópicos como la depresión y el racismo […]. Así que quería atar ese concepto al disco, haciéndolo sonar sexy y arriba, divertido y bailable, pero cuando realmente te sumergis, era solo una fachada, una sonrisa falsa

Como verán, hay algo muy rico esperando en Smiling with no Teeth. ¿Será este el comienzo para un artista que se alzará hacia los charts con una prolífica carrera? ¿Podrá mantenerse brillante pero dentro de los espectros de lo que puede ser comercial? Solo el tiempo lo dirá.

MEDIO SIGLO ATRÁS: LOS IMPRESCINDIBLES

Clásicos de clásicos

Es imposible abarcar todo lo que sucede en un año, menos aún si se trata del prolífico 1971. En la última edición de Medio Siglo Atrás, edición 2021, queremos hacer un recorrido de algunos de los discos más aclamados que quedaron pendientes. 

Sin más preámbulos y sin una temática muy marcada, nos vamos a meter de lleno en tres trabajos que marcaron una influencia gigante que sigue presente hoy en día.

Paul McCartney – Ram

Tras la separación de The Beatles, sus miembros atravesaron una transición muy particular a ser solistas. En sus primeros lanzamientos volcaron las varias canciones que habían quedado pendientes en los últimos años de la banda, pero una vez que aquella tensión se había descargado, quedaba la difícil tarea de cómo continuar. Directa e indirectamente se ayudaban y motivaban a ser mejores, en conjunto aquella brújula musical tenía una dirección marcada, pero el libre albedrío comenzaba a generar tensiones.

Por su parte, Paul McCartney había comenzado con McCartney (1970) donde tocó todos los instrumentos. Allí hay momentos brillantes como ‘Junk’ y ‘Maybe I’m Amazed’, pero también algo de irregularidad. De todos modos, al trabajo siguiente incorpora numerosos sesionistas e incluso a la Filarmónica de Nueva York. Curiosamente es un LP super producido y ambicioso, pero a su vez puro y con vibras distendidas. De no reconocer la voz de Paul, tranquilamente podrías creer que muchas de estas canciones son de una banda indie de los años ‘90 o ‘00.

Hay reminiscencias a los arreglos más raros de Revolver (1966) y Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), hasta momentos con influencias country blues que recuerdan a New Morning (1970) de Bob Dylan, principalmente en ‘Heart of the Country’ y ‘Smile Away’. También vale destacar que se atrevió a algunos «diss tracks», es decir, canciones donde verbalmente atacan a alguna persona en particular. En el caso de ‘Too Many People’, estaba dirigida hacia John Lennon, algo a lo que su ex-compañero respondería en ‘How Do you Sleep’. 

Led Zeppelin – IV

Siguiendo la idea de buscar tu sonido, Led Zeppelin había explotado en la escena londinense como una fascinante banda de blues rock con psicodelia, la cual tuvo éxito inmediato. Pero a pesar de eso, en III (1970) se encontraban buscando nuevos horizontes, llegando a jugar con el folclore británico y tomando al blues como influencia, pero no como estilo predilecto. A pesar de su gran calidad, aquel álbum es una transición hacia un nuevo mundo, al cual encontraron en IV (1971). 

Este cuarto LP de «Led Zep» trae clásicos como ‘Black Dog’ y la canción prohibida en cada tienda de guitarras, ‘Stairway to Heaven’. En esas canciones son Jimmy Page y Robert Plant quienes suelen llevarse nuestra atención, pero John Bonham es la estrella cuando llegan ‘Misty Mountain Hop’ y ‘When the Levee Breaks’. Quiero remarcar que el cuarto de los fantásticos, John Paul Jones, es quien da equilibrio entre tanto ruido, no solo brillando en el bajo, sino que también el piano eléctrico, un mellotron, la mandolina y más. 

Curiosamente, optaron por incluir invitados con un rol muy importante, como por ejemplo al tecladista de los Rolling Stones, Ian Stewart en ‘Rock and Roll’, y a la vocalista de Fairport Convention, Sandy Denny, para el clásico del folk progresivo, ‘The Battle of Evermore’. Ella es la única voz femenina que se escuchó en la discografía de estos gigantes del rock.

Yes – Fragile

Y cerramos con Yes, la banda que terminó de complejizar al rock progresivo. A diferencia de los artistas anteriores, sus comienzos no fueron tan brillantes, ya que entre la psicodelia y el «proto prog», no terminaban de encontrar el camino hacia el éxito. Afortunadamente, en 1971 lanzaron dos obras que demostraron su gran potencial: en primer lugar The Yes Album, que merece una mención especial, y luego Fragile.

Este último tiene una de las introducciones más memorables, con aquellas cálidas líneas de guitarra, seguidas por el furioso bajo de Chris Squire al que Rick Wakeman contrasta con su delicado piano. ‘Roundabout’ está definitivamente entre las mejores canciones del conjunto, como también ‘South Side of the Sky’. Curiosamente, ya se sienten algunos de los detalles más orientados al pop que caracterizaron su etapa posterior, principalmente en ‘Long Distance Runaround’ (que fue parte del único single junto a ‘Roundabout’). También convive el lado más sinfónico con ‘Cans and Brahms’, donde trabajan sobre la música del compositor Johannes Brahms.

Una pieza excelente para escuchar de comienzo a fin, donde recomendamos que se sitúen en la época, que vean como elementos de rock y clásico se encontraron para un nuevo estilo musical. Aunque no te convenzan estas palabras, al escuchar la épica ‘Heart of the Sunrise’ vas a sentir algo diferente.

MEDIO SIGLO ATRÁS: EL AUGE DEL ROCK

Chicos y chicas quieren rock…

¿Te acordás cuando empezaste a escuchar rock? Seguro te hablaban sobre bandas como Led Zeppelin, The Beatles, Deep Purple… y estoy convencido de que dentro de esos primeros nombres, por lo menos estaban dos de los tres grupos de los que vamos a hablar hoy. En esta nueva columna de Medio Siglo Atrás es el momento de incursionar en tres clásicos que de maneras diferentes marcaron el género. 

The Rolling Stones – Sticky Fingers

Rock y The Rolling Stones son dos cosas que van de la mano, y fue en 1971 que estrenaron lo que muchos llaman su mejor disco, Sticky Fingers, pero es importante comprender que atravesaban uno de sus momentos más difíciles. 

En primer lugar, vale destacar que desde 1964 lanzaban por lo menos un LP al año, con numerosos conciertos y festivales en el medio,  pero 1970 pasó en silencio en términos de álbumes de estudio. Esto tiene una fuerte relación con dos tragedias ocurridas en 1969, en primer lugar, el fallecimiento de Brian Jones. A pesar de haber dejado la banda recientemente, la muerte de un amigo y miembro fundador indudablemente impactó dentro del grupo. La otra desgracia fue el asesinato de Meredith Hunter por los Hell’s Angels durante uno de sus conciertos. En medio de un clima tan tenso, tenemos que sumar una pelea con la discográfica Decca, la cual abandonarían con la idea de publicar por su cuenta; este sería el primer lanzamiento de su sello. 

Todas las angustias, enojos y alegrías son transmitidas directamente a la música, dando como resultado algo único con lo que vas a conectar si le das lugar. Presta atención a la maravillosa dupla de guitarras entre Keith Richards y Mick Taylor, quienes encuentran el verdadero sonido «stone» en clásicos como ‘Brown Sugar’, ‘Sway’ y ‘Bitch’. Las letras son las más polémicas de la banda, con referencias a la heroína, la depresión y la esclavitud; descargaron toda esa energía negativa en este trabajo prácticamente catartico.

Como dato curioso, la portada fue diseñada por Andy Warhol, quien también creó el famoso logo de la lengua.

Black Sabbath – Master of Reality

Es fascinante pensar como en dos discos, Paranoid (1970) y Master of Reality (1971), Black Sabbath puso la piedra basal para el metal en los siguientes 50 años, e incluso, estos serían el modelo a seguir para corrientes enteras, como el stoner y doom metal. ¿Pero qué hace de ellos algo tan diferente a sus contemporáneos?

En primer lugar, el ambiente oscuro y denso que transmiten, pero esto tiene una justificación. El guitarrista Tony Iommi había perdido la punta de dos de sus dedos hace unos años, razón por la cual creó unas puntas de plástico que se colocaba para seguir tocando, pero para esto debía aflojar las cuerdas de su guitarra. Como consecuencia, el tono más bajo le daba una sonoridad muy característica, lo cual tomó más forma en este LP, donde se bajó aún más (y el bajo de Geezer Butler también se puso a tono). 

Un álbum fascinante de comienzo a fin, con riffs brillantes y Ozzy Osbourne en su mejor momento; pero todos estos conceptos se van a esclarecer una vez de que pongas ‘Into the Void’ a todo volúmen. Si no fuese por estos brillantes 35 minutos, la música habría sido muy diferente.

The Who – Who’s Next

Existen casos donde artistas brillan en sus discos pero no en los escenarios, y hay otros donde no son capaces de captar su fuerte presencia en el ambiente cerrado de un estudio. Para muchos, The Who entra en esa última categoría, ya que a pesar de ser uno de los grupos más reconocidos, no tienen varios trabajos universalmente aclamados.

Más allá de componer una de las primeras rock opera de todos los tiempos (Tommy (1969)), la mayoría de sus proyectos no suelen posicionarse al mismo nivel que los de Pink Floyd, The Doors o la Jimi Hendrix Experience. Esto se torna curioso al momento de escuchar grabaciones en vivo, ya que uno podría contar con una mano la cantidad de bandas que sonaban mejor en concierto. Pero ellos estaban al tanto de esta situación, por lo que dejaron todo en este registro tan variado.

Desde una introducción épica con ‘Baba O’Riley’, pasando por hermosas baladas (‘Getting in Tune’ y ‘Behind Blue Eyes’), canciones de puro rock (‘My Wife’ y ‘Love Ain’t for Keeping’) y una de las mejores conclusiones, la inmejorable ‘Won’t Get Fooled Again’. Un LP que rectifica su estatus en los grandes nombres en la historia de la música. 

MEDIO SIGLO ATRÁS: EL NACIMIENTO DEL PROGRESIVO

La explosión del rock progresivo, una fascinante evolución de la música popular

En esta edición nos sumergimos en álbumes que retratan diferentes caras de un género que se expandió enormemente durante los siguientes cinco años. El «Prog» es algo que sigue creciendo hoy en día, con curiosos orígenes que estos discos pueden explicar.

Jethro Tull – Aqualung

La escena musical era sumamente heterogénea a finales de los ‘60 en Inglaterra, algunas bandas venían del rhythm and blues, que incorporaba influencias tanto del jazz como el blues rock para un sonido que incluso había adquirido elementos psicodélicos. Jethro Tull en su debut (1968) encajaba en esas descripciones, pero se complejiza considerablemente para sus dos lanzamientos siguientes, Stand Up (1969) y Benefit (1970), aunque fue en 1971 con Aqualung cuando encontraron  su mejor versión.

El folk británico y el hard rock son también importantes en este viaje sonoro, donde por momentos parecería ser una obra conceptual, desde las transiciones hasta las temáticas críticas a la religión y educación británica, pero hay que desmitificar esto, lo cual persiste medio siglo más tarde. Ian Anderson, vocalista, flautista y principal compositor, se hartó de negarlo en cada entrevista en aquella época, lo que inspiró que al año siguiente creara Thick As A Brick (1972), conteniendo solo una canción que se distribuye en los dos lados del LP, demostrando lo que realmente es un álbum conceptual. Retomando con el disco de hoy, vale destacar piezas profundas como ‘Wind Up’ y ‘My God’, como también las electrizantes ‘Crosseyed Mary’ y ‘Locomotive Breath’. Sin traspiés y perfectamente ejecutado, a la par con los mejores compositores.

Caravan – In the Land of Grey and Pink

Otra de las caras en los orígenes del progresivo fue la escena de Canterbury, una fusión experimental del jazz vanguardista con la psicodelia, creando música sumamente compleja y surrealista. Quienes comenzaron con ese movimiento no llegaron a grabar, los Wilde Flowers, pero al separarse nacieron las dos bandas más famosas del estilo: Soft Machine y Caravan. Sus miembros tendrían muchos otros proyectos durante los años siguientes, con un abordaje único en la escena under.

In the Land of Grey and Pink (1971) tiene la capacidad de ser futurista y nostálgico, con poesía sin mucho sentido, pero que justamente es coherente a las sensaciones que traen sus sonidos. Es probablemente el mejor álbum para adentrarse en el Canterbury, a pesar de que es incluso diferente a otros trabajos de sus pares, pero es necesario dejarlo sonar y fluir. Comienza con la cálida ‘Golf Girl’, que parece sacada de una fábula para niños, pero cierra con la extensa ‘Nine Feet Underground’, 22 minutos que consisten de varias subsecciones fascinantes.

Focus – Moving Waves

La música clásica es otra importante influencia, como vimos en una nota anterior con Le Orme y Junipher Greene, lo cual fue la base para el subgénero llamado rock sinfónico. Sus intérpretes más reconocidos son Yes, Emerson, Lake & Palmer y Genesis, pero era algo popular en diferentes rincones del viejo continente. Las dos bandas ya mencionadas venían de Italia y Noruega respectivamente, pero algo similar sucedía en Holanda con Focus.

Los oriundos de Amsterdam abren con la épica ‘Hocus Pocus’, una excelente y acelerada canción que no es fiel representante de su abordaje musical, pero de todos modos es sin dudas legendaria; algunos tal vez la recuerden de Baby Driver (2017). Al igual que con Jethro Tull, la flauta es un instrumento común para ellos, pero lo principal son los teclados de su líder Thijs van Leer y la fantástica guitarra de Jan Akkerman. La conclusión, ‘Eruption’, es la pieza más destacable del LP, con una duración de 23 minutos y un aura único; más tarde fue majestuosamente sampleada por Gustavo Cerati en su track ‘Bocanada’. Si a Gustavo le gustaba, no te la podés perder.

MEDIO SIGLO ATRÁS: EL BLUES NO MURIÓ

Tres discos de 1971 que demostraron que el género no estaba en retroceso

En los últimos años de los 60, se creía que el blues más eléctrico dejaría de existir, vencido por las evoluciones del rock. Otra concepción que estaba presente es que el blues era exclusivamente norteamericano, pero estas tres figuras se encargaron de desmentir esas ideas. Desde el mejor guitarrista del mundo para Jimi Hendrix hasta la obra maestra del estilo en Europa del este, pero con una escala en Estados Unidos con uno de los «tres reyes».

Rory Gallagher – Rory Gallagher

Comenzamos con el debut de Rory Gallagher, quien venía del estrellato con su banda Taste. Ese trío irlandes había triunfado en numerosos festivales de la década pasada, siendo aclamados por la gran capacidad de su líder, un virtuoso guitarrista y vocalista. Con el cambio de década, decidió probar una nueva dirección, acompañado por Gerry McAvoy y Wilgar Campbell, quienes fueron su base por muchos años. 

Desde el primer instante con ‘Laundromat’ podemos notar que hay un groove encantador acompañando con velocidad; pero esa es solo una de las numerosas texturas que podemos encontrar, ya que Rory comprendió el espectro completo del blues, con momentos relajados y otros llenos de ritmo.

En caso de que lo anterior no te haya convencido, recordemos lo que respondió Jimi Hendrix cuando le consultaron cómo se sentía ser el mejor guitarrista del mundo: “No lo sé, preguntale a Rory Gallagher”.

Breakout – Blues

Solemos asociar el género a Estados Unidos, su cuna, pero con una extensión a Inglaterra por los pesos pesados como Eric Clapton, Fleetwood Mac en sus primeras épocas con Peter Green y John Mayall; pero el viejo continente tuvo otros grandes referentes durante estas décadas, entre ellos, Breakout

Liderados por Tadeusz Nalepa, este grupo polaco sigue la idea mencionada anteriormente con Rory Gallagher, abarcar diferentes variantes dentro del mundo del blues. Hay momentos electrizantes, donde la guitarra al frente te transporta, pero también hay algunos momentos un poco más tradicionales, como tal vez su primera canción, una interesante introducción, pero no un fiel reflejo de lo que avecina en los próximos minutos.

Este LP es considerado por musicólogos como la obra maestra del estilo en Europa del este, un título que se ha ganado.

Freddie King – Getting Ready

Imposible hacer este recorrido sin una escala en Estados Unidos, menos aún si consideramos que en 1971 se lanzó Getting Ready, clásico álbum de Freddie King, un ejemplo perfecto para el sonido de Texas.

Una canción llena de soul abre las puertas, el ‘Same Old Blues’, donde Freddie canta apasionadamente, mientras que un excelente piano por Leon Russell lidera, pero de todos modos, es el emocionante solo de guitarra el que se queda con la canción. Russell, multiinstrumentista de Oklahoma, hace grandes aportes al desarrollo del disco, potenciando con arreglos y variando el tipo de producción entre canciones (algunas más lo-fi y otras más arregladas). 

Los clásicos abundan aquí, dan cátedra de blues. Imperdible para cualquier aficionado del movimiento. Probablemente el disco más famoso de Freddie, uno de los tres «reyes», junto a Albert King y B.B. King.

MEDIO SIGLO ATRÁS: EL ROCK MÁS SALVAJE

En el año 1971, diversos grupos llevaron la música a su versión más dura

En esta edición vamos a sumergirnos en tres álbumes que aceleraron el ritmo y la potencia del rock en la época, convirtiéndose en los subversivos de la escena. Lejos del estrellato que tendrían el metal y el punk, estos pioneros del volumen excesivo fueron el blanco de muchos periodistas y músicos, quienes no aceptaban estas nuevas formas. He aquí, tres países y probablemente sus discos más fuertes del año.

November – 2:a November

Comenzamos en Suecia con uno de los mejores tríos de hard rock, los impresionantes November. Un año antes, los oriundos de Estocolmo habían debutado con En Ny Tid är Här (1970), que se traduce a: “un nuevo tiempo ha llegado”. Diversos historiadores de la música escandinava lo consideran como el primer caso de rock pesado en dicha área geográfica, el puntapié a una tradición que se mantiene hasta hoy en día (con géneros bastante más extremos, como el death y black metal).

Como curiosidad, vale mencionar que November tocó numerosas veces en el Reino Unido, pero a medida que su público fue aumentando, ellos consideraron comenzar a cantar en inglés en búsqueda de saltar a la masividad absoluta. Para su sorpresa, la afición les pidió que siguieran cantando en sueco.

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Leaf Hound – Growers of Mushroom

A finales de los años 60 comenzó a aparecer un estilo llamado «heavy psych», la psicodelia pesada. Este movimiento tuvo entre sus pioneros a Blue Cheer, The Jimi Hendrix Experience, Vanilla Fudge y Cream, enormes influencias para todos los álbumes mencionados en la presente nota; pero lamentablemente, era común que estas agrupaciones no lograran plasmar en estudio la vehemencia que los caracterizaba en vivo. Afortunadamente, la nueva camada fue modificando dicha falencia.

Los ingleses Leaf Hound lo lograron a la perfección, combinando características de estos artistas con las nuevas tendencias de Black Sabbath y Led Zeppelin. Growers of Mushroom (1971), a pesar de su enorme calidad, pasó desapercibido y fue muy mal distribuido por el famoso sello Decca. El vinilo original es uno de los más buscados en el planeta, con un precio estimado entre los 4000 y 5000 dólares. Esta es una joya que todos quisiéramos encontrar entre los discos de nuestros padres.

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Toad – Toad

En tercer lugar nos queda Toad, una banda oriunda de Suiza pero liderada por el virtuoso guitarrista italiano Vittorio Vergeat y varios músicos alemanes. Este proyecto es sumamente interesante debido a que se dificulta encasillar, ya que puede pasar de una bomba psicodélica hacia un track profundo y progresivo. Cuando descubrimos que sus miembros pasaron por legendarios conjuntos como Brainticket y Hawkwind, queda claro que tenían una búsqueda muy amplia en su obra.

Existen reminiscencias a otros grupos pesados y experimentales de la época, como tal vez Orang-Utan, Buffalo y Three Man Army, pero este debut (1971) nos transporta a un escenario diferente a todos eso. Un viaje de ida.

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PAN VOL. 1: NUTRIDOS POR SU DIVERSIDAD

Siempre es interesante abordar una obra inclasificable

Cuando escuché por primera vez el nombre Pan, lo asocié con el álbum de Luis Alberto Spinetta del 2006. El baterista de la banda, Javier D’Elio, sabe que eso es muy común y se siente honrado de ello, pero la banda excede sus influencias.

“Una obra conceptual, integrada y compacta, para escucharse de principio a fin”

Formados a finales del 2012, Pan es una banda que fue desarrollándose desde el rock progresivo, pero las influencias del jazz y el tango (entre tantas otras) comenzaron a apoderarse de su abordaje, algo que se hace muy notorio en su disco debut. En palabras del baterista: “Parte de la búsqueda está en encontrar lo que cada canción necesita, es decir, partir de la necesidad de la música y no tanto de los músicos.”

Vol. 1 (2020) no debe ser considerado meramente un conjunto de canciones; como dice su tecladista Gabriel Yannattone: “Este disco es una obra conceptual, integrada y compacta, que cuenta con la frescura de un disco debut concebido para escucharse de principio a fin. Las letras, con lenguaje claro y simbólico, se nutren de la literatura, la filosofía y de la observación y reflexión que PAN hace de la época y el lugar desde el cual crea”.

Es llamativo ver cómo pueden confluir «lo nuevo y lo viejo»

En su primer canción, ‘Las Horas y las Olas’ ya vemos la complejidad del rock progresivo, pero inmerso en capas de lo autóctono. Las siguientes canciones varían enormemente, pero hay una conexión entre ellas que excede el género y la narrativa lírica.

Entre los tracks destacables se puede mencionar a ‘Buenos Aires Invernal’, un tango con rock del siglo XXI, ‘Laberinto’ y su atmósfera tan relajada con sintetizadores espaciales, como también ‘Garota Volviendo del Exilio’, que denota una cadencia de bossanova y del jazz rock. Los teclados, sintetizadores y efectos en la guitarra los distancian aún más de sus pares, en el mejor sentido posible; mientras que la base del bajo y batería fluyen a la perfección dentro del álbum. 

Es llamativo ver cómo pueden confluir «lo nuevo y lo viejo»: hay canciones que suenan 100% contemporáneas, como ‘Sangre en tu Pared’, ‘Devenir’ o ‘No es Egoísmo’. Este es un disco completo por donde lo mires.

Desde SPE les abrimos las puertas hacia una de las bandas más interesantes en la escena emergente porteña. Pongan el disco y déjenlo fluir. Y si querés seguir sumergiéndote en su universo musical, pueden también leer la entrevista que tuvieron con nosotros